martes, 19 de septiembre de 2017

Lago Buenos Aires

El lago Buenos Aires/General Carrera es el segundo lago más grande de América del Sur, localizado en la Patagonia y compartido por Chile y Argentina, además siendo el lago más grande del primero. A cada lado de la frontera tiene nombres diferentes, ambos reconocidos a nivel internacional: en Chile es conocido como lago General Carrera (oficialmente desde 1959),​ mientras que en Argentina se le denomina lago Buenos Aires. Además tiene una superficie de 1850 km², de los cuales 978, 12 km² están en la chilena Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo,​ y los restantes 880 km² pertenecen a la provincia argentina de Santa Cruz, que lo convierten en el mayor lago del territorio chileno, y el cuarto de la Argentina.

Este lago de origen glaciar, rodeado por la cordillera de los Andes, desagua en el océano Pacífico a través del río Baker. Presenta un pequeño afluente en el lado oriental llamado río Fénix Chico, aunque en la actualidad este afluente es intermitente debido a la erosión lateral y a los derrumbes de la morena que embalsan al lago por el este.
El lago tiene una profundidad máxima de 840 metros. El clima de su entorno es frío y muy ventoso, y sus costas generalmente acantiladas, lo que hace difícil el establecimiento humano, lo cual no ha impedido la formación de diversos pueblos en las orillas de este lago merced a que sus costas poseen un microclima bastante benigno, como en el caso de los poblados de Puerto Ingeniero Ibáñez en la ribera norte y Chile Chico en la ribera sur, ambos en territorio chileno. En la costa argentina, se ubica el pueblo de Los Antiguos, vecino a Chile Chico y el más antiguo de la zona, mientras que la ciudad de Perito Moreno se ubica a unos kilómetros al interior.


Fuente:

Bibliografía:

viernes, 15 de septiembre de 2017

Escrito por Diego Llorente, para el Diario El Cordillerano


Volcán Hudson: el recuerdo de la erupción que tapó Los Antiguos


La erupción del volcán Hudson de 1991 fue una de las más violentas y duraderas de la historia de Chile. Entre el 8 y el 15 de agosto, el volcán expulsó unas 2.500 toneladas de cenizas volcánicas que cubrieron extensas aéreas de Chile y de las provincias de Santa Cruz, cubriendo un área de 150 mil kilómetros cuadrados. Un pueblo santacruceño debió renacer de entre las cenizas. 

La erupción produjo una columna de cenizas que ascendió a los 12 mil metros de altura que, arrastrada por los vientos patagónicos, cubrió la mayor parte de la Patagonia y provocó la muerte de medio millón de ovejas y la destrucción de los cultivos.
En las cercanías del Hudson, la capa de cenizas tenía un promedio de 45 centímetros de altura y devastó bosques enteros en la cuenca del río Ibáñez. En otros lugares, la capa alcanzó hasta más de un metro de espesor. Las localidades más afectadas por las cenizas fueron Los Antiguos, Perito Moreno, Las Heras, Pico Truncado y Caleta Olivia.
Los síntomas de la exposición a las cenizas en animales y humanos fueron irritaciones de la vista y de las vías respiratorias y digestivas. Además, tras un par de meses, se observó que las uñas de varias personas no habían crecido y que habían perdido una gran cantidad de cabello por la acción abrasiva del material volcánico, según detalla un informe del INTA.
El nombre del volcán, de unos 1.900 metros de altura, recuerda al teniente de la marina chilena Francisco Hudson, que en el año 1857 buscó el paso a través del istmo de Ofqui y publicó el primer mapa de la península de Taitao.de Argentina.
Nada volvió a florecer durante años y pocos apostaban a la recuperación del lugar. Pero el trabajo del hombre y la naturaleza empujaron en una misma dirección.
Los Antiguos fue un caso ejemplar. El clima frío, los suelos arenosos y la abundancia de agua le dieron al lugar un microclima para sembrar cerezas tardías, cultivo que empezó a experimentarse a principio de los 80.
Pero después del Hudson parecía imposible que volviera a florecer.
La localidad de Los Antiguos está ubicado a 3 km de la frontera con Chile y 1029 km al norte de Río Gallegos, en el margen del lago Buenos Aires. Hoy es un valle verde y productivo, pero hace 25 años soportó un fuerte éxodo de la población y la angustia de un futuro marcado por las cenizas.
Los primeros días que caía la ceniza hacía calor, entraba en todas partes y todo olía a azufre. A la gente que se quedó le pedían que no saliera de sus casas. No se podía respirar, usaban las máscaras pero no servían de nada. Los animales morían de hambre y sed y hasta el lago Buenos Aires era una gran masa oscura de cenizas. Todo estaba a oscuras y la gente caminaba por las calles de memoria
Durante seis meses Los Antiguos se transformó en un "pueblo de hombres". La mayoría de las mujeres y niños habían sido evacuados a otras localidades y los varones se quedaron a sacar las cenizas. Poco a poco algunas familias retornaron, pero otras no volvieron nunca.
Estuvieron tres años sin cosechas, todo se perdió. Los canales de riego traían cenizas en vez de agua. Entre todos limpiaron las calles, los techos, las chacras y se sacaron del pueblo 20.000 toneladas de cenizas en camiones y máquinas que llegaron de todas partes del país. 
Las cenizas aún se encuentran en las afueras del pueblo. Si bien no fueron un aporte fertilizante a la tierra, como se creyó durante un tiempo, sí contribuyeron a mejorar las condiciones del suelo en cuanto a la permeabilidad al agua y la aireación, según explicaron en su momento los técnicos del INTA.
Debieron pasar varios años hasta que los suelos se recuperaron para transformarse en un valle verde rodeado de álamos y acequias. Hoy, el enorme espejo turquesa del Buenos Aires y la tierra especialmente fértil irrumpen en el árido paisaje patagónico con cortinas de álamos y chacras con cosecha tardía de cerezas.
Dos décadas después, los cerezos florecen y dan sus frutos como si nada hubiese pasado. Los turistas regresaron para disfrutar de las arboledas, las montañas, la nieve y el clima.
Los habitantes también volvieron. Antes eran 1.700 pobladores, ahora son siete mil. Nadie puede hablar de milagro, sino del trabajo de miles de hombres y mujeres. Marina Basalo, secretaria de Turismo de la localidad, cuenta que en 1991 llegaban 20 mil turistas anualmente. “Hoy recibimos 100 mil. De 50 camas hoteleras, pasamos a 600”, detalla.

Fuente: 
Bibliografía:

Fiesta de La Cereza, una oportunidad para conocer Los Antiguos y su Gente

Una de las principales actividades productivas de la localidad es el cultivo de cereza, una vez finalizada la cosecha fines de febrero se realiza la fiesta de la misma para rendirle su merecido homenaje...

La celebración se lleva a cabo en el predio Municipal, construido exclusivamente para el evento en el que se presentan diferentes grupos musicales de Folklore, Rock, y Pop. También se pueden degustar dulces, licores, entre otros productos que se obtienen de la materia prima, como de la fruta al natural. La avenida principal del pueblo se utiliza para la exposición, venta de productos gastronómicos y de artesanías del lugar, aprovechando la festividad para generar beneficios destinados a la comunidad local.
Las visitas que llegan son mayormente de provincias cercanas como Chubut, Río Negro, pueblos dentro de Santa Cruz, y en minoría residentes de Buenos Aires y extranjeros los cuales generan considerables ingresos económicos, y la promoción turística una vez finalizada la experiencia. 





Fuente:

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Los Antiguos primer Productor de Cerezas

En este pintoresco pueblo de frontera se refleja el esmerado trabajo de las familias que supieron sobreponerse a la catástrofe provocada por la erupción del volcán chileno, después de un tiempo de combatir los efectos adversos del desastre natural, Los Antiguos posee condiciones climáticas que son excelentes para la producción de la cereza y la fruta fina

Se cultivan 7 variedades de cerezas , la mas requerida en el mercado  internacional es la Cereza Kordia. El inicio de la producción de la cereza se remota a los años 70.

En cuanto a las etapas de producción, en octubre se produce la floración, los primeros días de diciembre se da una "variedad temprana" que es de consumo local, y desde mediado de diciembre comienzan a madurar "las tradicionales". La producción de cerezas de los Antiguos creció, pasando de unos 30.000 kilos en los inicios a unos 2,5 millones de kilos en la actualidad  que es comercializado en el mercado interno y exportado en la comunidad Europea , Asia, Estados Unidos y Canadá.


               
Resultado de imagen para produccion de las cerezas en los antiguos


BibliografÍa:


Una suerte de Microclima en el desierto Patagónico

Producto de la compleja geografía cordillerana, Los Antiguos aparece como el punto de conjunción en el que un microclima muy particular com...